Metamorfosis - De creyente a discípulo

03.01.2018 11:42

Por: Pastor Carlos Orellana

 

Metamorfosis

De creyente a discípulo

 

 

TEXTO BASE:

Hechos 6:7

Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén;  también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

 

Hechos 14:21

Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos,  volvieron a Listra,  a Iconio y a Antioquía.

 

Objetivo:

Mostrar porque es necesario pasar de creyente a discípulo.

 

INTRODUCCION

Pasar de un estado a otros en natural en el ser humano, pasamos de niñez a adolescencia, de juventud a adultez, y de la adultez a la ancianidad.

 

Y en la vida espiritual no se hace la acepción, una vez que recibimos al Señor Jesucristo en nuestras vidas debemos procurar el crecimiento.

 

Primero somos creyentes, luego discípulos y finalmente obreros. Este es el correcto proceso en el que debemos estar creciendo. Es la manera acertada de ir avanzando en nuestro recorrido hacia el cielo.

 

Como todo proceso de cambio de un estado hacia otro, se requiere tiempo y sacrificio en ser disciplinado para que esto ocurra.

 

Y este es uno de los factores que debemos considerar para lograr dicho cambio de un simple creyente a discípulo.

 

El discípulo sabe que tiene un compromiso total hacia su Maestro.

 

Razones por las que es nesario pasar esta transición

1.- No podemos quedarnos sin mejorar

En Cristo debemos continuar nuestro camino de ser mejores cada vez más, así como lo buscamos profesionalmente.

 

Pasar a ser discípulo es un deber que muy pocos quieren tener, sean conformados con quedarse solo como simples creyentes, tal vez en parte porque presuponen que al llegar a este peldaño de la escalera se está involucrando más, cosa a la que se es reacio en el Reino de los Cielos.

 

Además a contribuido la mala formación que en estos tiempos se ha estado dando, donde el evangelio es menos compromiso y más permisivo de querer ser voluntario.

 

Lo cierto es que, no es saludable quedarse en el mismo estado.

 

2. Es la necesidad básica del nuevo creyente

Ser discípulo es lo que necesita el nuevo creyente, que se le asignen pequeñas tareas para que vaya desarrollando su potencial en el reino y aprenda a servir.

 

Aquí han caído muchos en un estado automático, con esto digo que recibieron cierto tipo de preparación dentro de la obra para servir y se han quedado estancados en lo mismo por mucho tiempo volviendo una rutina en el servicio del Señor que de manera inconsciente pierde el valor por el que se hace.

 

Es necesario renovar en el que ya está siendo discípulo su deseo de servir y su genuino interés por estar en este desempeño. Continuar con la enseñanza en otro ámbito para sentir que se crece es muy importante.

 

3. Es el objetivo principal de nuestra comisión

Hacer de cada nuevo creyente un discípulo no es opcional sino una demanda del mismo Señor. ¿Quién será el responsable de esta comisión? Pues todos los que ya están en el camino con anterioridad.

 

Muchos no quieren entrar en este proceso porque desconocen los grandes beneficios que conllevan, como por ejemplo, una relación intima con el maestro, oportunidad para mostrar su potencialidad y muchas más.

 

La comisión pretende enseñar esto al creyente que no debe estar distanciado de aquel en el que ha creído.

 

DIFERENCIA ENTRE EL CREYENTE Y EL DISCÍPULO

TODO DISCÍPULO ES UN CREYENTE, PERO NO TODO CREYENTE ES UN DISCÍPULO

 

1.- El creyente suele esperar panes y peces; el discípulo es un pescador.

2.- El creyente lucha por crecer; el discípulo por reproducirse.

3.- El creyente se gana; el discípulo se hace.

4.- El creyente depende en gran parte de los pechos de la madre; el discípulo está destetado para servir.

5.- El creyente gusta del halago; el discípulo del sacrificio vivo.

6.- El creyente entrega parte de sus ganancias; el discípulo entrega parte de su vida.

7.- El creyente puede caer en la rutina; el discípulo es revolucionario.

8.- El creyente busca que le animen; el discípulo procura animar.

9.- El creyente espera que le asignen tarea; el discípulo es solícito en asumir responsabilidades.

10.- El creyente murmura y reclama; el discípulo obedece y se niega a si mismo.

11.- El creyente suele ser condicionado por las circunstancias; el discípulo aprovecha las circunstancias para ejercer su fe.

12.- El creyente reclama que le visiten; el discípulo visita.

13.- El creyente busca en la Palabra promesas para su vida; el discípulo busca vida para cumplir las promesas de la Palabra.

14.- El creyente es yo; el discípulo es ellos.

15.- El creyente se sienta para adorar; el discípulo Le anda adorando.

16.- El creyente pertenece a una institución; el discípulo es una institución él mismo.

17.- En el creyente la unión del Espíritu Santo es confirmación y meta; en el discípulo es medio para lograr la meta de ser testigo eficaz a toda criatura.

18.- El creyente vale para sumar; el discípulo para multiplicar.

19.- Los creyentes aumentan la comunidad; los discípulos aumentan las comunidades.

20.- Los discípulos de la iglesia primitiva trastornaron el mundo; los creyentes del siglo XXI están trastornados por el mundo.

21.- Los creyentes esperan milagros; los discípulos obran milagros.

22.- El creyente es un ahorro; el discípulos una inversión.

23.- Los creyentes destacan llenando el templo; los discípulos se hacen para conquistar el mundo.

24.- Los creyentes suelen ser fuertes como soldados acuartelados; los discípulos son soldados invasores.

25.- El creyente cuida de las estacas de su tienda; el discípulo ensancha el sitio de su cabaña.

26.- El creyente hace hábito; el discípulo rompe los moldes.

27.- El creyente sueña con la iglesia ideal; el discípulo se entrega para lograr la iglesia real.

28.- La meta del creyente es ganar el cielo; la meta del discípulo es ganar almas para el cielo.

29.- El creyente maduro se hace discípulo; el discípulo maduro asume los ministerios del Cuerpo.

30.- El creyente necesita de campañas para animarse; el discípulo vive en campaña porque está animado.

31.- El creyente espera un avivamiento; el discípulo es parte de él.

32.- El creyente agoniza sin morir; el discípulo muere y resucita para dar vida.

33.- El creyente aislado de su congregación se lamenta de no tener ambiente; el discípulo crea ambiente para formar una congregación.

34.- Al creyente se le promete una almohada; al discípulo una cruz.

35.- El creyente es socio; el discípulo es siervo.

36.- El creyente se enreda con la cizaña; el discípulo supera las escaramuzas del diablo y no se deja confundir.

37.- El creyente es espiga; el discípulo es grano lleno en la espiga.

38.- El creyente es "ojala"; el discípulo es "Heme aquí."

39.- El creyente, quizá predica el Evangelio; el discípulo hace discípulos.

40.- El creyente espera recompensa para dar; el discípulo es recompensado cuando da.

41.- El creyente es pastoreado como oveja; el discípulo apacienta los corderos.

42.- El creyente recibió la salvación por la Cruz de Cristo; el discípulo toma su cruz cada día y sigue a Cristo.

43.- El creyente espera que oren por él; el discípulo ora por los demás.

44.- El creyente se congrega para encontrar al Señor; el discípulo trae la presencia del Espíritu Santo.

45.- Al creyente le es predicada la salvación por la Sangre de Cristo; el discípulo toma la Santa Cena y anuncia a las potestades de los aires la victoria de Cristo en él, para gloria de Dios.

46.- El creyente sigue intentando limpiarse para ser digno de Dios; El discípulo no se mira más y obra en la fe de que Cristo le ha limpiado ya.

47.- El creyente espera que le interpreten las Escrituras; el discípulo conoce al Señor y habla de Él.

48.- El creyente no se trata con miembros de las diferentes denominaciones; el discípulo se hace como los demás para ganar a algunos de ellos para Dios.

49.- El creyente busca consejos de los demás para tomar una decisión; el discípulo ora a Dios, lee la Palabra y en fe toma una decisión.

50.- El creyente espera que el mundo se perfeccione; el discípulo lucha por llevar a Cristo a los demás y sabe que este no es el Reino de Dios y espera su venida.

 

CONCLUSION

Todos debemos crecer, esto no es una opción sino todo lo contrario es lo natural.

 

El discípulo goza de enormes privilegios concedidos por su maestro.

 

El creyente está sujeto a ciertas motivaciones exteriores pero el discípulo tiene sus propias motivaciones internas.