Haciendo una buena siembra

28.01.2017 02:56

Por: Pastor Carlos Orellana

 

HACIENDO UNA BUENA SIEMBRA

 

Texto Base: Isaías 28:23-24

23 Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho.

24 El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra?

 

Objetivo:

Dar la guianza para que siempre se siembre bien en el Señor. Llámese esta siembra recurso financiero (dinero), material (bienes) o humano (habilidades y tiempo).

 

INTRODUCCION

Siempre estamos diciendo que debemos sembrar en el Reino de Dios, pero la realidad es que queremos cosechar también y aunque pareciera que algunos creen que esto se dará de manera natural es decir, sin haber hecho la labor de agricultor realmente eso no será así.

 

Debemos hacer como sabemos nuestra parte y Dios el Todopoderoso hará la suya, por lo que no se trata de estar queriendo insinuarle a los demás a que ¡den y den!. La forma ha sido la incorrecta en algunos de decirlo o pedirlo.

 

La Palabra de Dios nos dice que hay que sembrar, que nosotros tenemos que tener la actitud correcta para hacerlo pues de lo contrario en vano será prácticamente nuestra siembra. Es ahí donde se debe enfatizar, la forma correcta de sembrar en el Reino de Dios.

 

Pero también no nos referimos a sembrar dinero nada mas, ahí ha estado un gran problema del cual se ha estado escarbando mucho. Dios nos pide que sembremos nuestros talentos, nuestro tiempo y nuestra vida.

 

Hoy le pertenecemos por completo y por tal razón debemos entregarle todo lo que somos y tenemos.

 

PODEMOS SEGUIR ESTOS PASOS PARA SEMBRAR BIEN:

 

1.- PREPARAR LA TIERRA – PROCURAR SU ABONO

En este pasaje se nos da esta dirección de preparar bien la tierra. Es al inicio que tenemos que prestarle atención a nuestra siembra.

 

Isaías 28:24-25

24 El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra?

25  Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde apropiado?

 

Preparar el terreno es lo fundamental. Hacer los surcos y remover la tierra es lo que se requiere. Abonar y cerciorarse de que todo esta listo solo para lanzar la semilla y esperar la germinación fructuosa es lo que será la comprobación que todo nuestro esfuerzo de preparar la tierra no fue en vano.

 

Para preparar la tierra se pueden pasar días dependiendo mucho de factores externos e internos. Algunos podrían enfocarse en:

1.- La topografía

2.- El clima

3.- Grado de abono

4.- Contaminación en el suelo

 

Comparando esto en nuestra vida espiritual, recordemos que nosotros somos la tierra, y según estemos abonados para dejar que Dios siembre en nuestros corazones ese será el resultado de nuestra cosecha.

 

Además nosotros debemos preparar nuestra tierra, y esto lo hacemos según la actitud que tengamos para sembrar en Dios. Si damos con buena intención es decir, “sin tristeza ni por necesidad” sino que con “alegría” esta sin lugar a dudas es nuestra buena siembra.

 

La Parábola del Sembrador dice esto claramente. Veamos los terrenos donde se sembró.

 

Mateo 13:3-9

3  Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

4  Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

5  Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

6  pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

7  Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

8  Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

9  El que tiene oídos para oír, oiga.

 

1.- El camino: esto esta en el versículo 4, y ahí se nos dan estas pautas:

Cayó en el camino y las aves la comieron. Todo sembrador sabe que la semilla no queda al descubierto precisamente por esa razón, ya que, las aves al verla se la comen.

 

Lo otro es que la semilla no germina estando en la superficie de la tierra. La semilla debe ocultarse con la tierra que le dará su abono y facilidad de crecimiento.

 

En la vida espiritual sucede lo mismo. Podemos sembrar nuestra vida al Señor con todo lo que tengamos pero sino se esta siendo escondida y abonada por Dios, estamos al descubierto, es decir que no tenemos los “ingredientes” del terreno para que pueda dar fruto apropiado  y en lugar de esto, es quitado si previo aviso.

 

Muchos dan y lo hacen con corazón generoso pero ellos se pierden. Dios da su respaldo a su Palabra en cuanto al que “da generosamente, generosamente segara” pero otra cosa es una vida que esta siendo sembrada por Dios en su corazón.

 

Hay que permanece en Dios y el enemigo no podrá arrebatar lo que fue sembrado en su corazón (versículo 19). Siembra pero deja también que Dios siembre en ti.

 

2.- Piedras: el versículo 5 es el encargado de esta parte. Broto rápido y se seco por que no tenía raíz. Volvemos al punto anterior, la falta de tierra que le de los ingredientes para su correcta germinación es esencial para la semilla que se siembra; es obvio que la piedra no le puede dar lo que la tierra si puede a la semilla.

 

Las piedras por su contextura solida no permiten que la raíz de la nueva especie pueda tomar lo necesario para su desarrollo como ser vivo. Todo lo que pueda tomar esta por encima de la piedra y por ende la raíz trata de arraigarse por encima de la piedra pero tiene un mal efecto, “el sol la quema” y pierde agua en esto para finalmente “secarse”.

 

Sembrar en piedra para nosotros seria un equivalente a estar dándole a Dios solo en los momentos que tenemos un gran gozo de servirle y dejarlo en las situaciones de confrontación de nuestras convicciones en El. (Versículo 21)

 

También es cuando sembramos porque hemos tenido una bendición de Dios extra e inesperada o porque estamos pasando buenos momentos, no que sea malo pero, debemos entender que también es necesario apartar para sembrar en momentos de dificultad.

 

Porque Dios “da semilla al que siembra”. Dejemos que el Señor continúe sembrando en nuestra tierra en cada momento y que nos de su sustento para esos “días malos”. Sembremos continuamente no importando las dificultades que pasemos, no perdamos nuestra cosecha por no sembrar aun en momentos que nos apremian.

 

Sembremos y dejemos a Dios que siembre en nosotros en buenos y malos tiempos.

 

3.- Espinas: verso 7 es el indicador de esta parte. “Los espinos crecieron, y la ahogaron”.  Aquí no fallo la tierra, sino su contorno para poder crecer bien.

 

En este punto es necesario recordar lo frágil que puede ser una semilla. Necesita buenos cuidados, he allí como se dijo anteriormente sobre la preparación del terreno.

 

Creo que Dios ha sembrado su buena semilla en muchos corazones y que lamentablemente en muchos germino pero terminaron por no desarrollarse por sus mismas limitancias en cuanto a permanecer en Dios se ahogo.

 

Es también importante recordar nuestra manera de sembrar en el Reino que no es darle a Dios para que El me de mas. Esta seria una muy grave mala interpretación.

 

Dios promete que “dando es como recibimos”, pero no es una cuestión que debe corromper nuestro corazón por “afanarse en ser rico”. Pues como bien sabemos Dios nos da de su bendición de muchas maneras. Así que no debemos estar con esta mentalidad humana de malas intenciones.

 

Siembra y deja a Dios que siembre en tu vida, esperando su buena cosecha.

 

4.- Buena tierra: versículo 8 este es el objetivo. Buena tierra, dio fruto. La tierra que esta bien preparada para cultivar es lo que hará por si sola. Este es todo nuestro discurso sobre el preparar nuestra tierra.

 

Hemos dejado que la siembra del Señor en nuestro corazón nos de fruto y esto traerá una abundante cosecha al igual que cuando nosotros sembramos en buena tierra.

 

Entonces estas son las dos conclusiones en este apartado.

Dios como sembrador del mundo envía su semilla a nuestras vidas, cada quien recibe la semilla pero cada quien tiene un tipo de terreno como estamos viendo y según ese terreno este para sembrar obviamente así serán los resultados.

Y dos, nosotros como sembradores también podemos caer en estos terrenos sin darnos cuenta. Sembrar mal en el Reino de los Cielos.

 

Veamos:

CINCO TIPOS DE SEMBRADORES

1.- El que no siembra y espera cosecha

Típico de muchos aun cuando no dan nada esperan que los demás le den. Esto va contra la ley natural. Sino se siembra obviamente no se cosecha pero parece que algunos creen que sucederá lo contrario.

 

2.- El que siembra poco y espera una gran cosecha

La Palabra del Señor lo dice bien claro en este pasaje:

 

2 Corintios 9:6

Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

 

¡Fijemos bien! El cosechar es el resultado siempre de sembrar y esto encierra si es poco o mucho.

 

3.- El que siembra mucho y espera cosechar poco

Esta este lado de la moneda también. Creer que la Ley Natural nos jugara una mala broma. Si hemos hecho nuestras responsabilidades bien para cosechar será inevitable recibir de ello.

 

4.- El que siembra mucho y recoge mucho

Este es el que sabe del rendimiento que produce la tierra al hacer bien la labor de preparación. Conoce que sus esfuerzos darán frutos abundantes.

 

2 Corintios 9:10

Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,

 

5.- El que siembra y sigue sembrando

Pues creo que en Cristo esta es nuestra autentica labor, sembrar la buena Palabra de Dios siempre en los corazones de los demás.

 

Y seguir además dando nuestra vida en siembra total al servicio del Señor.

 

Con ¿Cuál nos identificamos?

2.- IDENTIFICAR DE QUE MANERA SE HACE LA SIEMBRA DE LA GRAN VARIEDAD DE CULTIVOS

No todos las semillas son o tienen el mismo proceso para cultivarse, por lo que darnos cuenta de que manera es conveniente para cada una de ellas es nuestra responsabilidad.

 

Miremos este pasaje:

Isaías 28:26-28

26 Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto;

27  que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara.

28  El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo.

 

Así que a la hora de sembrar veamos bien que semilla estamos sembrando para tomar el debido cuidado de hacerlo como se debe, pues eso estará conectado con el cultivo.

 

Ahí no depende de la preparación de la tierra sino de como se sembró en esa tierra.

 

3.- Al SEMBRAR REALIZAR LA SUPERVISION DEL CULTIVO

Recordemos la parábola del Trigo y la cizaña que nos dio el Señor para comparar sobre como se puede sin estar bajo cuidado dañar nuestra siembra.

 

Hay que estar continuamente en esa supervisión pues se nos puede echar a perder todo nuestro esfuerzo y sacrificio.

 

4.- ANTEPONERSE A LOS PERCANCES

Un buen sembrador esta siempre previendo algunas situaciones y se prepara para ver como salvaguarda lo que se pueda.

 

En Cristo nuestra siembra de la Palabra nos pide eso sobre las vidas en que la estamos sembrando.

 

CONCLUSION

Sembrar no es una cuestión que como sabemos es de un día para otro. Y esto ha de ser notorio para muchos que creen que solo con dar algo ya inmediatamente tienen que recoger.

 

Dejar que Dios siembre más y más en nuestras vidas su Palabra, su Presencia, es lo que primero debe preocuparnos porque El esta interesado mas que nosotros inclusive de que llevemos “muchos fruto”.

 

Al estar siendo cultivados por el Señor nosotros podremos tomar de esta cosecha y cultivar en la vida de los demás y sabremos que dará resultado, pues somos impartidos por el que da la buena semilla.

 

Seamos de los que sembramos continuamente, hagamoslo siempre, no dejemos que percances o dificultades que hemos pasado nos hagan perder una gran cosecha en el Señor.